lunes, 21 de mayo de 2018

La boda de Quique y Marga

Hay gente que colecciona postales, a unos les da por las monedas y a otros por las muñecas reborn. Lo más parecido a una colección que tiene una servidora son unos cuantos ejemplares históricos del Hola. Históricos como la boda de Feli y Leti, el Oscar de Pé o una de las múltiples veces que Nati Abascal ha enseñado su casa:

Esto va a valer una pasta en ebay en el año 2050.

En esta ocasión me he ahorrado los eurillos del Hola porque la boda de Quique y Marga (también conocidos como Harry y Meghan) ha resultado ser una royal wedding de chichinabo. Si no acuden Carolina de Mónaco o el bello Carlos Felipe, eso no es royal wedding. Asumo que no había royals de los de verdad, de esos que sacan a pasear medallas y tiaras de brillantes, por algún tema de protocolo, que sólo van a las bodas de los herederos. Tiene su lógica, los plebeyos vamos a las bodas de amigos y familiares, pero los Windsor, Habsburgo, Orange, Borbón... son todos familia entre sí y ya sabemos  el gasto (y la pereza) que conlleva ir a una boda. Hay que seleccionar. Y ya que Quique ha querido casarse con una actriz, han optado por invitar a celebrities, así al buen tun tún.

Tom no quería estar ahí

Entiendo que se invite a los compañeros de reparto de la serie de Meghan Markle. Pero... ¿Tom Hardy?, ¿George Clooney?, ¿Idris Elba? Tele5 y Antena 3 llevan un mes programando las tv movies que Meghan ha protagonizado durante su carrera y en ninguna ha coincidido con Clooney. Estamos hablando de tv movies canadienses, en las que ni tan siquiera aparecen actores de "Sensación de vivir" buscando pagar la letra de su mansión en Malibú. Únicamente las tv movies alemanas son peores que las canadienses. Meghan no sólo no ha coincidido trabajando con George, Idris o Tom... es que no les ha visto en su vida. Bueno, hasta el sábado cuando se casó.

Mi apuesta es que alguien de la servidumbre de los Windsor se ha encargado de confeccionar la lista de invitados y ha elegido a sus actores favoritos. Y no digo esto así porque sí. No. Si ya tienen a un contador del censo de cisnes reales, con uniforme y todo, así que... ¿por qué no iban a tener en nómina a un hacedor de listas de invitados?

Además, los actores ingleses adoran a su monarquía. Normal, los royals son un género en sí mismo, como las películas de tacitas de té. Si Tom Hiddleston, Terence Stamp o Michelle Dockery se proclamaran republicanos se les cerraría las puertas del proceso de casting de todas esas películas tan trepidantes sobre reyes ingleses: aquel que era tartaja, el que abdicó para casarse con una divorciada americana y todas esas sobre Enrique VIII, que no paró de matar esposas no por gusto, sino para dar trabajo a la BBC. Y, entre todos los royals, es Harry el más popular (excepto para Natalie Dormer, que elige como royal favorito al príncipe George porque "he's so cute"). Así que es normal que el enlace de Quique y Marga mezclara a gente con nombres tan rimbombantes como Lady Edwina Louise Grosvenor con otros como Tom Hardy, con pinta de haberse peleado la noche anterior con todos los parroquianos de un pub.

Victoria tampoco quería estar ahí.

Lo que no entiendo es la presencia de las ex novias de Harry en su boda. No una que fue su novia cuando eran adolescentes, en una época en la que se confunden amor y amistad, han pasado los años y ahora son amigos y casi hermanos. No. Dos ex novias. Dos rubias de familia noble con las que salió durante varios años cuando ya era un hombretón y, como todos los Windsor, se estaba quedando cartón. Esto demuestra mi teoría de que la high society no es como nosotros, los ordinarios plebeyos que nos dejamos arrastrar por nuestras pasiones barriobajeras y no consentimos compartir espacio con un ex... No. Ellos se lo toman con diplomacia, a lo alta comedia de Lubitsch.

Yo, que soy plebeya y además rencorosa, jamás invitaría a un ex. Y habría invitado a la familia paterna de Meghan, a ese padre que vendió una exclusiva a la prensa horas antes del enlace y que por eso mismo acabó por no acudir y, por supuesto, a sus dos hermanastros. Una aconsejó a su padre que concediera esa exclusiva y el otro escribió una carta a Harry aconsejándole que "aún estaba a tiempo de no casarse con Meghan". Una buena ración de mal rollo familiar es necesaria en toda boda y garantiza menos caras de aburrimiento.

Pero es que ni Elizabeth quería estar ahí.

Y vosotros, ¿invitaríais a los/as ex a vuestra boda?, ¿por qué estaban tan aburridos los invitados, abuela del novio incluída?, ¿con quién se peleó Tom Hardy la noche anterior?, ¿quién es más bello, el bello Carlos Felipe o el bello David Beckham?

lunes, 7 de mayo de 2018

¿Qué tienen en común Ana Obregón y Jennifer López?

Todo vuelve, todo se adapta, todo se mezcla. Se va a estrenar un remake de "Mary Poppins" y otro de "Ha nacido una estrella", hay precuelas, cuelas y postcuelas de la saga de "la guerra de las galaxias" y el trap, esa fusión de reggaetón, electrolatino y rap lo peta entre los menores de 25. Pero, ¿cuánto se puede mezclar?, ¿qué diferencia la fusión del revoltillo?

Pongamos que me da por fusionar bollywood con música disco y la estética setentera de los zooms de Valerio Lazarov. ¿Pensáis que semejante pastiche no puede existir? Error. Existe. Ya hablé de Jimmy Ajaa, una canción clásica de Bollywood, aquí. Y una cosa os digo, "Jimmy Ajaa" no es tan loco como os creéis. Aún se puede fusionar más:


¿Está cantando en ruso? Sí, está cantando en ruso.

Resulta que la película en la que aparece la canción: "Disco dancer", es un hit en Oriente. Vamos que es subirte en el transiberiano en Moscú y todo el mundo canturrea eso de "jimmy-jimmy-jimmy, ajaa-ajaa-ajaa" hasta que te bajas en Ulan Bator.

¿Y hay algo todavía más disparatado que la versión rusa de "Jimmy"'? Pues sí, hayla. Se llama "el anillo", la canta Jennifer López y es el pastiche más grande que han visto estos ojos en mucho tiempo. No veía despropósito más grande desde el "Loba" de Shakira. JLo está a dos mallas de strass de convertirse en la Ana Obregón de los Estates, sólo le falta pasearse en minifalda por las alfombras rojas mientras dice "sexy, sexy, sexy", como Yolanda Ramos en "Homozapping".



Analicemos esta obra cumbre del batiburrillo como se merece:

0:06, se abre plano y vemos un castillo de cuento con su lago y sus montañas, ¿sacado de una nueva versión de Blancanieves?, ¿de la nueva temporada de "Juego de tronos?, ¿es el castillo de Neuschwanstein?
0:09, primera aparición de JLo, cual reinona de cuento, con capa, corona y bien de gomina para sujetar una cola de caballo larga como un día sin pan. Contemos cuántos outfits lleva.
0:14, primera aparición de Miguel Ángel Silvestre en torso. Torse desnudo, claro, que no se contrata a MAS en un videoclip sabrosón para que pasee el torso tapado.
0:21, segundo outfit de JLo, ahora de reina ¿bizantina? Si en Bizancio hubieran vivido Dolce&Gabbana.
0:24, segunda aparición del torso de MAS (aka Miguel Ángel Silvestre).
0:40, tercer outfit de JLo, con una especie de cota de malla dorada que no serviría para protegerse de ningún ataque porque tiene demasiadas aberturas en lugares sensibles.
1:03, cuarto outfit de JLo, consistente en un body negro con transparencias de la Perla (por ejemplo).
1:05, MAS y su torso, once more.
1:07, quinto outfit de JLo, ahora de diosa hindú. Diosa hindú sexy, por supuesto.
1:23, momento baile y sexto outfit de JLo, con body con piedrecitas de strass en lugares estratégicos.
1:55, "que así somos las del Bronx", dice la letra de la canción. ¿El Bronx?, ¿qué pinta el Bronx en este castillo de cuento barroco/bizantino/hindú?
2:09, ¡Diantres! MAS... ¡vestido!
2:25, MAS vestido de soldado con capa lucha con una guerrera africana. ¿Por qué? Ay, yo qué sé.
2:34, MAS se pelea ahora con una guerrera ¿vikinga?, llueve y la pelea es a cámara lenta, a lo "300" (otra obra cumbre del horterismo).
2:40, nuevo outfit de JLo, ahora de reina de las nieves, con el pelo teñido de blanco, traje de lentejuelas plateadas y botas altas.
2:55, "cuando muevo mi cuerpo el tuyo se alborota", canta JLo y, en un movimiento sutil y elegante, mueve sus caderas arriba y abajo.
3:04, otro outfit de JLo (y van...) pelo suelto con extensiones a lo Rapunzel más lentejuelas de vedette en Las Vegas.
3:12, el torso de MAS en todo su esplendor (y van...).
3:27, MAS y su torso remojándose mientras él pone cara de placer infinito. Ese placer que se siente cuando encuentras un billete en la calle, o cuando te despiertas creyendo que es viernes y no, resulta que es sábado.
3:56, MAS vestido de principe azul/cosaco ruso/Jon Snow, se arrodilla ante JLo princesa Elsa sexy mientras oímos de fondo el estribillo: "¿y el anillo pa cuándo?".
4:10, fin. Esta obra maestra del audiovisual contemporáneo está dirigida por un tal Santiago Salviche.

Hagamos una suma de los referentes pop de este video: bollywood, los cuentos de hadas, "Juego de tronos", "300", los espectáculos de Las Vegas, Dolce&Gabbana, el reggaetón, el electro latino, Rapunzel... y seguro que me dejo algo.

Y vosotros, ¿qué es lo más kitsch que habéis visto?, ¿créeis que este video clip es tan loco que acaba siendo glorioso?, ¿y que la canción es tan mala que acaba siendo... muy mala?