martes, 2 de abril de 2013

Un libro de verdad

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Hay lecturas de pasar el rato. Son lecturas "televisivas", a las que les pedimos que nos entretengan, que no nos hagan pensar demasiado, que no ocupen mucho para poder llevarlas al metro, y que dé igual si resulta que pierdes el ejemplar precisamente en uno de esos vagones del metro.

Pues bien, "Culpa", de Ferdinand Von Schirach, no es una de esas lecturas.

"Culpa" se compone de varios relatos cortos, sacados de la experiencia de su autor como abogado criminalista. Asesinatos, tráfico de drogas, malos tratos, violaciones múltiples, falsos culpables...

Ferdi (llamémosle Ferdi) pertenece a una saga de abogados con afición por la literatura. Y es que en su familia debe ser costumbre: A. dedicarse al derecho y B. publicar algún libro. 

Es la diferencia entre apellidarse Von Schirach o apellidarse López. El primer apellido te obliga a ser un intelectual, el segundo a pasar todos los veranos en Cullera. Que me imagino yo las Nochebuenas en casa de los Von Schirach como todo un jolgorio: aquí Franz tocando a Schubert en el piano, por allá la tía Üte jugando al ajedrez con su hijo Ulrich, mientras todos beben vino caliente y comen ese pan negro alemán que Sanidad debería prohibir porque hay ladrillos más ligeros que esta cosa:

Pumpernickel no es el nombre de un personaje de "El señor de los anillos". Es el pan negro típico alemán.

Los bisabuelos y tatarabuelos Von Schirach publicaron cosas tan interesantes como "Anotaciones a Plutarco" o "el comportamiento social de las abejas". Pero si hay un Von Schirach famoso, más allá de nuestro Ferdi, es su abuelo Balmur. Líder de las juventudes nazis, amigo íntimo de Hitler, fue juzgado en Nuremberg y pasó 20 años en la cárcel. Pero Ferdi apenas le conoció, tenía 6 años cuando su abuelo murió así que... ¿qué más dará? Pues da, porque en todas las entrevistas le preguntan por el dichoso abuelo. Ferdi, en general, ni contesta, probablemente ya por puro aburrimiento. Y, sobre todo, porque él tiene cosas mucho más enjundiosas que decir:

El mal es un territorio muy oscuro, está detrás de una cortina, es algo que no podemos ver ni definir, misterioso.

O:

Nadie puede escapar a la culpa, es como respirar. Sin ella seríamos santos, y los santos son muy aburridos.

Aquí, un sabio.

Porque Ferdi, con esa cara de protagonista de cualquier película de Bergman, lleva 20 años de carrera como abogado penal. Y en el camino ha visto de todo. 

Como esos músicos aficionados que, en las fiestas de su pueblo, violan en grupo a una chica. Encuentran su cuerpo desnudo, cubierto de semen y de orina, gracias a la llamada anónima de alguien. Ella no puede identificar a ninguno de los músicos, todos iban disfrazados y no hay pruebas físicas incriminatorias. Todos son absueltos. Nunca se averigua quién llamó a la policía. Esta historia es el primer relato de "Culpa". Y es que, como dice Ferdi: 
El sistema jurídico es una ficción que suele alcanzar una verdad que nada tiene que ver con la realidad. Yo he llevado casos en los que hemos tenido que dejar libre a gente culpable por un mero tecnicismo. Así que puedo afirmar con conocimiento de causa que los juicios son como las tragedias griegas: sabemos cuál es la verdad, pero no la podemos alcanzar.

Por eso "Culpa" es un libro con el que ir poco a poco. Leer un relato y dejar el siguiente para unos días después. Es demasiado intenso como para poder digerirse así, de tirón. Como el pumpernickel.

Pero el libro de Ferdi no sólo relata la injusticia o la sinrazón de algunos crímenes inhumanos. También hay espacio para los ancianos que se sacan un sueldo extra alquilando una habitación de su casa para que corten cocaína o para los falsos culpables que prueban su inocencia 20 años después. Y todo, siempre, con un estilo conciso. Nada sobra, nada falta. En "Culpa" no hay moralina, no hay lecciones, no se juzga a los asesinos y tampoco se les idealiza. Deja que el lector piense y tome sus propias decisiones. Está en ese escurridizo término medio que convierte al libro en un clásico, ¿por qué? Porque consigue casi lo imposible: hablar de la verdad. 

Todavía amo al ser humano. Es parte de la condición humana convertirse en culpables de algo.

Y vosotros, ¿qué libro habéis leído últimamente que os haya impactado?, ¿cuál os ha hecho pensar que os ha traído un pedazo de vida? Y no vale contestar que "Los pilares de la Tierra".

5 comentarios:

Amiga R. dijo...

Me voy a comprar este libro que me ha apetecido leermelo. Pero despacico, que estoy sensible... Y no parece un libro así ligerete de los de alegrar el rato.

Y el último libro que he leido es, en realidad, un cómic. Y aún no me lo he terminado, así que aún no tengo opinión. Se llama Valentia y me lo regalaron hace poco unos amigos majérrimos. EN cuanto lo acabe, te cuento.

Uno dijo...

Aquí sabemos mucho de culpables que andan sueltos por tecnicismos burdamente amañados como alargar las investigaciones hasta que el delito prescribe, defectos de forma... ¿Alguien se acuerda del mafioso chino al que se le soltó en un pis pas?
Yo creo por eso que a algunas personas se nos debería nombrar "jueces por naturaleza" y permitírsenos juzgar libremente sin necesidad de pruebas. Yo es que veo a Fabra y se que es culpable, por ejemplo. Cuantas mentiras y dinero nos ahorraríamos.

Un abrazo

loquemeahorro dijo...

Ya le podrían dejar en paz con lo del abuelo, como si fuera su padre, o su gemelos siamés, a nadie se le puede culpar de lo que hace cualquier otra persona (hablando del tema precisamente)

Estaba yo pensando "Qué nivel tiene esta chica, qué libros lee". Y después me he dado cuenta de que me leí el anterior libro de este autor.

"Crímenes" se llama, y me gustó mucho. Por cierto que uno de mi oficina me vio con el en el ascensor y dijo
- Y qué entienden los alemanes por crímenes?

Y se empezó a reír como un poseso.

Yo todavía estoy a ver si pillo el chiste, la verdad.

Esti dijo...

Erre, léete "Culpa", pero sáltate el primer relato y déjatelo para el final, que es el más heavy metal.

Uno, veo que tienes un superpoder la mar de práctico. Yo tengo uno, pero muy tonto; levanto pasiones entre la tercera edad.

Loque, nivelón de humor el de tu oficina. Me imagino lo que debe ser trabajar al día siguiente de la emisión de "La hora de José Mota"...

Claudia Hernández dijo...

No conocía este hombre, la verdad es que suena interesante… el personaje y el libro. Yo, he terminado un libro que es una traducción directa del japonés al español de unas cuentos de Junichiro Tanizaki… inquietantes relatos llenos de magia y maestría.
Saludos