martes, 30 de agosto de 2011

Phil Spector, ese hombre.

Lo malo de ver series compulsivamente es que hay momentos de vacío en medio. Mientras esperas a que los de AMC dejen de tocar las narices y renueven sus series una temporada más o a que encuentres una serie que llene el vacío que ha dejado la última que ha conseguido enganchar de verdad (“The killing”, en mi caso)...


Como para no engancharse a la serie...

...en esos momentos no queda otra que ¡oh, dios mío!, poner la tele. Y ahí, ante el dilema de ver “Ghost rider”, con Nicholas Cage convertido en señora que se ha hecho un lifting o un documental en la 2, acabas viendo el documental de la 2.
Llamadme inculta, pero yo lo único que sabía de Phil Spector es que había producido a los Beatles y que una vez que tuvo un bad hair day su foto copó internet:

No sabía que le habían juzgado por el asesinato de una actriz de serie B llamada Lana Clarkson, que fue declarado culpable y pasará 19 años en la cárcel, es decir, hasta que cumpla los 88.
Y tampoco sabía que el carrerón de Phil Spector no sólo incluye a los Beatles, también a Leonard Cohen, a Tina Turner, a las Ronettes, a los Righteous Brothers, a John Lennon, a Los Ramones
Y de eso iba el documental “Phil Spector, el tormento y el éxtasis”, realizado durante el primer juicio contra Spector. Un documental malillo, pero oye, qué importa que no esté bien rodado, y tenga poco ritmo si tiene una entrevista con Phil Spector. Eso, por sí mismo, mola.
Dice el refranero popular que las apariencias engañan. Pero en este caso, no. Spector es lo que parece: un señor mayor que está como una maraca.

Y no sólo porque se empeñe en peinarse metiendo los dedos en un enchufe...
El productor musical tiene, además, ramalazos de manía persecutoria, porque según sus propias palabras el juicio contra él (por homicidio, que no es una multa impagada o un hurto en una tienda) es una caza de brujas, comparable a la que sufrió Galileo Galilei. También es enfermizamente envidioso, empeñado en dejar caer, sin que el periodista le preguntara por nada ni remotamente parecido, que Bill Cosby era doctor honoris causa por una universidad, y él no. Además, es un egomaníaco, que compara su aportación a la música pop con la de Bach a la música clásica.
Y eso sólo en una entrevista donde no se hablaba del juicio y lo que había detrás, a saber: que desde mediados de los 70 Spector es un hombre con brotes violentos, que exhibía armas en los estudios de grabación como si tal cosa y que pocos (Yoko Ono entre ellos, eso ya da una idea de lo loco que estaba) querían trabajar con él.
Pero, detrás de las pullas a Tony Bennet (nadie lo dice ahora pero ha sido un cocainómano toda su vida), a Brian Wilson (lleva 40 años intentando imitar mi “muro de sonido”, pero no lo ha conseguido), a Paul Mc Cartney (“Let it be” era improducible hasta que llegué yo) y a unos cuantos más, detrás de tanta mala baba, está la música que Spector hizo.

Igual este hombre se cree un genio porque, de verdad, fue un genio.
Y si no, observad este actuación en directo de la única persona (excepto de sí mismo) de la que Spector habla bien: Tina Turner. Según el productor, la única que podía estar en los directos a la altura del trabajo que él realizaba en el estudio. Y tenía razón, porque esto es oro puro:

Desde la cárcel, Phil Spector ha vuelto a producir un disco. Pero me da a mí que no va a estar a la altura, porque es el disco en solitario de su esposa 40 años más joven que él. En prisión está recibiendo un trato preferencial, aunque sólo sea por su pasado, por su edad y por lo que podrían hacerle a este hombre los del orgullo blanco un día que lo pillen despistado en las duchas, es justo. Le van a dar acceso a instrumentos y podrá participar en jam sessions, ¿no sería un final precioso que sacara un disco con los otros presos y fuera número uno?

lunes, 15 de agosto de 2011

El culebrón del verano 2, el retorno

¿Os acordáis del "si fuera" aquel mítico concurso dentro del mítico programa presentado por la todavía aún más mítica Raffaela Carrá?

*Se recomienda el visionado de este video siempre que se esté de bajón, tristoncio o simplemente aburrido.

En una mezcla de metáfora y absurdo a partes iguales, había que adivinar un personaje secreto por el método de preguntar qué sería si fuera una verdura o un coche. Pues bien, si el mes de agosto fuera un día de la semana sería el domingo por la tarde, por ocioso y coñazo. Si fuera una película sería "la mirada de Ulises", dura demasiado. Si fuera una canción sería Paquito el chocolatero, porque remite inmediatamente a fiestas del pueblo y noches de calor. Si fuera un lugar imaginario, sería el purgatorio...

Agosto es el mes de irse de vacaciones y, como no te vas a ir todo el mes, los días de en medio se quedan vacíos, a la espera de irte, a la espera de que tus amigos vuelvan, a la espera de que pase algo.

Sabiendo esto, y para evitar que las noticias se conviertan en el clásico sobre estrenos de blockbusters pensados para vender juguetes en el Burger King, sequías y nuevos sabores de helado, los ingleses han decidido montarla. Como el escándalo de las escuchas telefónicas en el News of the World o la muerte de Amy Winehouse les han debido parecer poca cosa, también han montado unos disturbios en Londres y un par de ciudades de esas que salen en las pelis de Ken Loach (Birmingham, Manchester...) Y no unos disturbios a la francesa, de quemar cajeros, detener gente y a lo sumo voltear un coche. No, no. La han montado a lo Imperio Británico, a lo grande, con robos, saqueos, incendios y hasta asesinatos. Han sacado a la luz lo que la hora del té y las bodas reales ocultan, que la sociedad inglesa no es fina y elegante como un capítulo de "Dowton Abbey".


Hace tiempo viví unos meses en Luton, supuestamente una de las ciudades con más emigración tropical, pero no vi un solo negro en tres meses, hasta que se celebró el Carnaval. Excepto ese día, no pisan el centro, viven en los suburbios sin mezclarse con los ingleses blancos.

Unos dicen que esto ha pasado porque la policía actuó tarde y mal; otros que porque unos pocos empezaron a saquear y los demás se sumaron al carro; o que porque unas protestas sociales se desmadraron, o porque parte de la sociedad inglesa ha perdido la ética más básica, la que te dice esto no se hace.

Yo no sé los motivos reales de una demostración tan brutal de lo que nunca se debe hacer. Supongo que ser negro, vivir en un gheto, estar en el paro y que tu vida sea más triste que una película de Ken Loach debe despertar mucha ira. Y supongo que ser el primer ministro y tener que suspender tus vacaciones al sol para controlar unos disturbios también debe fastidiar cosa mala.


Venga, va, te acabas el capuccino y nos volvemos a Londres, que creo que han matado a uno o dos.

Pero pese a su gastronomía inexistente, a los ingleses al borde del coma etílico que llenan la Costa del Sol y al coñazo que dieron con Lady Di, a mí los ingleses me caen bien. Nos habrán dado a Take that, sí, pero también a Blur, a los Chemical Brothers, ¡a Depeche Mode! Y también nos han dado los mercadillos, la ciudad de Londres y su Top Shop gigante en Oxford Circus.

Cuando se ven cosas como éstas una, desde la comodidad relativa (por el sudor, el calor y los pelos del gato llenándolo todo) del sofá del salón, piensa si algo así podría pasar aquí. Según la sabiduría popular del español medio, Inglaterra es un país más más que nosotros en todo, por algo estamos intentado invadirlo empezando primero por los Starbucks (que sólo contratan a camareros españoles) y vamos allí en cuanto hay rebajas, el niño quiere aprender inglés o Ryanair saca oferta de vuelo a 5 euros. Pero, ¿de verdad la sociedad inglesa es mejor?, ¿no tenemos una idea de Scotland Yard, de los políticos ingleses y de todo el país falsa? Basada en las películas que adaptan a Jane Austen y en las portadas del Hola con la familia real inglesa. Una Inglaterra blanca, aristocrática y de otro siglo.

O quizá de quien tenemos una imagen equivocada es de nosotros mismos, y nos vemos más corruptos, más cutres y más de charanga y pandereta de lo que realmente somos.

Con estos pensamientos tan poco apropiados para un mes tan tonto como agosto os dejo. Ala, que os aproveche la sangría.

jueves, 4 de agosto de 2011

El culebrón del verano

No es la ruptura televisada entre Víctor Sandoval y Nacho Polo, ni el corre-corre que te pillo que se llevan entre manos los indignados y los munipas por todo el centro de Madrid. Qué va. El auténtico culebrón del verano, ese que anima los telediarios más que los incendios, los nuevos sabores de helado o las campañas en el extrajero de los equipos de fútbol, es el de Rupert Murdoch y el escándalo de su periódico "News of the world".

Ojo, no confundir el "News of the world" con el antiguo "Noticias del mundo" que se publicaba en España a mediados de los 90. Un periódico de coña con portadas como ésta:



Y que tenía horóscopos grandiosos como aquel que decía: "Capricornio, hoy no comas bocadillos de chorizo". El periódico desapareció y no entiendo cómo no existe un grupo de facebook que pida su reedición.

El "News of the world" anglosajón no tiene mucho que ver con su traducción hispana, porque es un periódico amarillista. Es decir, publica en primera página pilladas de famosos esnifando cocaína, listas de nombres completos y direcciones actuales de pederastas o cupones de descuento para el Tesco.



Era el periódico más vendido del Reino Unido y su propietario, Rupert Murdoch, posee unas cuantas cosas más, en concreto (y coged aire para leer todo esto de tirón) tiene, según el Mundo:

En televisión; FOX News Channel y demás canales Fox, National Geographic Channel, más de 50 canales internacionales, más de 25 canales locales en EE.UU. y Australia, el 34% de DirectTV, el 39% de BSkyB y el 20% de TATA Sky, en India.
En prensa; The Wall Street Journal (EE.UU.), New York Post (EE.UU.), The Times (Reino Unido), The Sun (Reino Unido), Sunday Mail (Australia), The Australian y 100 publicaciones más.
En la industria cinematográfica: 20th Century Fox, Fox Searchlight Pictures y Blue Sky Studios
Editoriales: HarperCollins Publishers, Amistad Avon Walden Pond Press Greenwillow Books y decenas más
En internet: Myspace, News Digital Media, AmericanIdol.com, WhatIfSports y AskMen, entre otros.

Ni la reina, ni Paul Mc Cartney, ni Simon Cowell. El auténtico heredero del poder del Imperio británico es Rubert Murdoch. Que es australiano.

¿Y por qué el escándalo de las escuchas ilegales realizadas en su periódico principal da para ser el culebrón del verano? Pues porque tiene a todos los personajes de un serial clásico.

El héroe: Nick Davies, uno de los periodistas de "The guardian" que durante meses acusa al News of the world de prácticas ilícitas por los pinchazos telefónicos a la familia real inglesa. News of the world asegura que no sabe nada de eso y culpa a solo un periodista, por contratar al detective experto en pinchazos Glenn Mulcaire. "The guardian" insiste, presenta pruebas de cómo había muchos más involucrados de modo que debía ser una práctica habitual, pero el resto de medios no se hacen eco de esa investigación. Para entonces uno de los mandamases del News of the world, Andy Coulson, había sido contratado como portavoz del primer ministro británico, David Cameron.

Víctimas inocentes: a nadie le importa gran cosa que se pinchen los teléfonos de la Familia Real. De esta forma se enteró el News of the world de una lesión en la rodilla del príncipe Guillermo (que menuda vida aburrida debe tener este muchacho para ser esa la única noticia exclusiva que pudieron sacar de sus conversaciones telefónicas). Y menos aún importa que se pinchen los teléfonos de Sienna Miller o Hugh Grant. Son famosos, están podridos de dinero y se asume que es parte del peaje. Pero que se pinche el móvil de Milly Dowler, una adolescente desaparecida, y se borren mensajes de su buzón de voz para acceder a otros nuevos, entorpeciendo con eso la investigación, está feo se mire como se mire.

El cabeza de turco: Sean Hoare, ex periodista del News of the world, el primero que denuncia las prácticas ilícitas del periódico, con un pasado tortuoso de adicciones, va y aparece muerto justo antes de que Rupert Murdoch comparezca en la Cámara de Comunes. La policía dice que no considera su muerte sospechosa. Pero si toda esta historia se adaptara al formato culebrón, vaya que si sería sospechosa.

La estrella invitada, Hugh Grant. Oliéndose que News of the world le ha pinchado el teléfono, y cansado de que sus denuncias no lleguen a ninguna parte, Grant queda un día con el editor del periódico, Paul MacMullan, y en un pub, entre pinta y pinta, le sonsaca que no sólo le han pinchado el móvil, sino que tienen acceso a teléfonos de su familia y amigos y a su número de cuenta.

Montones de villanos: porque como todo el mundo sabe, un culebrón, una serie, una película, hasta un videojuego, valen lo que valen sus malos. Y aquí hay malos para aburrir:

La pérfida pelirroja, Rebekah Brooks. Melena leonina y carrerón espectacular de secretaria a directora del News of the World, luego del Sun, luego de la rama británica del imperio Murdoch. A ella se deben algunos de los grandes éxitos de ventas del News of the world, como cuando publicó una lista de antiguos pederastas con nombres, apellidos y actuales direcciones. Mano derecha de Rupert Murdoch. Ahora ha dimitido.

El cerebrito, Andy Coulson. Ocupa el lugar de Brooks en el news of the world, dimite cuando le salpica el escándalo de las escuchas a la familia real, pero para dirigir las comunicaciones del gabinete de Cameron. Ahora, cuando se ha destapado todo, dimite de su cargo con Cameron.

El millonario chocho y su heredero. Rupert Murdoch tiene 80 años, y cada vez cede más sus decisiones a su hijo James. Tras el escándalo clausuran el News of the world y comparecen ante la Cámara de los comunes británica. Los dos están de acuerdo en que no sabían nada de los sobornos y los pinchazos. Un diputado les pregunta si van a dimitir. Murdoch senior dice que no, que él es el mejor para limpiar su casa.

La aparentemente pasiva esposa oriental. Como todo millonario chocho, Murdoch tiene una esposa más joven que él. Y Wendi Deng le defiende como una leona si algún activista quiere tirarle una tarta de espuma:

Los esbirros, Glenn Mulcaire y Jonathan Rees. Mulcaire es un experto en pinchar teléfonos y se cree que habría sobornado a agentes de seguridad de la familia real, pero es una hermanita de la caridad en comparación con Rees, otro investigador contratado por Coulson, ex convicto acusado de plantar cocaína en las pertenencias de una mujer inocente, relacionado con policías corruptos, y ahora en espera de juicio por el asesinato de un ex socio que apareció con un hacha clavada en la cabeza en el aparcamiento de un pub.


¿No tiene todos los elementos del culebrón? Espero que la BBC haga una versión pronto, y que esta vez sus guionistas no sean unos vagos y pretendan resumirlo en una temporada de 6 capítulos, que eso ni es una temporada ni es nada.

"Cataclismo" ha sido seleccionado en el festival Cinestable, en Ordes, A Coruña. La proyección será el viernes día 5 de agosto.

Y acabo de comprobar que sí hay una página de facebook para el "noticias del mundo". Ya me he hecho fan.