lunes, 30 de mayo de 2011

El plan B

Tengo un guilty pleasure muy guilty, pero very, very. Me gusta “Madrid a la última”, un programa de Tele Madrid presentado por Marta Robles. Sí, en Tele Madrid. Sí, Marta Robles.

Pero si esos dos motivos ya os parecen suficientes para detestar el programa, esperad... porque su colaborador fijo es Carlos García Calvo. Ese hombre que jamás ha sonreído, jamás ha acertado el nombre de nadie medianamente famoso a la primera, ni se ha puesto una camiseta de algodón. Ése.

Básicamente “Madrid a la última” es una guía del ocio de las compras y el pijerío en Madrid donde caben nuevos restaurante tailandeses en Serrano, clínicas donde hacerte tratamiento de ácido hialurónico o cremas con polvo de oro iguales a las que usan las celebrities. Como una Telva televisada. Mi sección preferida es cuando Marta, casi siempre enfundada en vaqueros blancos, botas con taconazo, abrigo de pieles y joyas de oro a tutiplén:

vamos, hecha una hortera, aunque Carlos García Calvo le asegure todos los programas que está divina, se da un paseo por los lugares preferidos de Madrid con algún medio famoso, en general un actor. Y entonces, aparte de descubrir la cantidad de cafeterías monas con “macarons” y cartas de té que hay en Malasaña, descubres que todos los actores tienen o un bar o un restaurante.


Lógico, es una manera de invertir los ahorros de haber trabajado en una serie, por si la serie se acaba y no te vuelven a llamar para otra. Algo parecido a lo que nos pasa a los guionistas con la pequeñisísima salvedad de que nosotros no podemos contar con nuestra fama ni nuestra agenda de gente conocida para dar tirón al local. Así que me he puesto a pensar en planes B por si esto del guión no tira y pensando, pensando, resulta que tengo un plan B, y un C, un D, y hasta un E. Será por planes.


Los planes B y C son inventos y me hace falta un ingeniero para que se lleve un generoso porcentaje (entre el 5 y el 10 por ciento, a negociar) y cree los dispositivos. El plan B consiste en crear un chip con el que se puedan hacer perdidas a todos los objetos que solemos perder. Es fácil encontrar el móvil haciéndole una perdida desde el fijo así que, ¿por qué no hacer lo mismo con las llaves, las gafas de sol, la cartera…?


El plan C consiste en un aparato que hace que nuestra cama se mueva con el mismo bamboleo de un coche. ¿Por qué cuesta tanto dormirse en la cama y tan poco en un coche? Con el tiempo el dispositivo imitará el bamboleo de trenes (regional, AVE, Altaria) y autobuses y arrasaremos con la versión para cunas. Además el aparatito tendrá sus extras para optimizar el acto de conciliar el sueño, por un módico precio podrás añadir la voz de la azafata del AVE anunciando la próxima parada, pequeñas luces móviles como si fueran las farolas de los pueblos por los que pasa el autobús regional y hasta el sonido de fondo de Cadena Dial, que tanto gusta a todo conductor de autobús.

El plan D es una franquicia. Se trata de implantar en España algo que ya existe en Japón: las cafeterías de gatitos. A cambio de pagar una barbaridad por un café, este novedoso local te deja sobar a los gatitos que pasean tan tranquilamente por el sitio. Eso sí, hay que cumplir unas normas de convivencia básicas: no se despierta a los gatitos dormidos y ni te los llevas a casa ni puedes llevar a los tuyos al local, no vayan a montar gresca.

Debería ser yo en una cafetería de gatitos de Tokyo, pero la fatalidad quiso que en todo el viaje no viera ni una puñetera de estas cafeterías.


El plan E necesita más inversión que todas las demás opciones. Se llama Telecachorrito, y es un canal temático dedicado a los animales adorables. Es decir, nada de roedores, ni insectos, ni animales asquerosos en general. Es más, los documentales de este canal acaban bien, los guepardos sólo persiguen a las gacelas de buen rollo, para entrenar, y ningún oso polar devora a ninguna foca. Todo es amable y cursi como una entrevista de Pablo Motos a Blancanieves. Nuestra carta de ajuste será un gatito o un perrito que lame la pantalla y también tendremos nuestras estrellas, esas que nos darán imagen de cadena. Si en Antena 3 tienen a Matías Prats, en Tele 5 a Jorge Javier y en Cuatro a Paula Vázquez, nosotros tendremos a Maru...:


Podría estar viendo este video en bucle toda la vida.

...y también a Boo, a quienes dedicaremos horas de realities. La audiencia, sólo con la cantidad de fans que tienen estos dos en youtube y en facebook, está garantizada.

¿Cuál de las opciones para hacerme millonaria os convence más?, ¿alguien se anima a ser socio?, ¿alguien conoce a un ingeniero? Confesad, ¿alguien más está enganchado a "Madrid a la última", muy a su pesar?

viernes, 20 de mayo de 2011

Ya no hay galanes como los de antes

Será porque el blanco y negro da glamour, será porque el tiempo sirve de criba para que se olviden las malas películas y permanezcan las buenas o será porque cuando no existían ni internet ni las pilladas de "arg" del Cuore era más fácil mantener el nivel de sofisticación de las estrellas... Pero el caso es que los galanes de hoy no transmiten el misterio de los de antes. Mozas, modo nostalgia on, que ahí va un ranking con los actores más macizorros del Hollywood clásico:

10. Charlton Heston Es una lástima que permanezca en la memoria colectiva su época de abuelete reclamando su derecho inalienable a llevar fusil que su época dorada. Pero es el protagonista de "Sed de mal", "el planeta de los simios", "el señor de la guerra", "Ben-Hur" y, probablemente, el actor al que mejor le quedaba un traje de época. Además era alto como un rascacielos y sólido como un armario empotrado.

9. Alain Delon Tan guapo como Antinoo (que debió ser el primer galán oficial de la civilización occidental), más ojos azules y expresión gélida, de ni dignarse a darte la hora porque tú quién eres para obligarle a él a girar la muñeca. Así era Alain Delon en la época de "A pleno sol".

8. Kirk Douglas Si Alain Delon es el tipo al que ni te atreves a mirar, no sea que se desgaste, Kirk Douglas es el que te promete el oro y el moro para luego nunca volverte a llamar, aunque luego acabarás recordándole con mucho cariño. Tenía pinta de pícaro vendemotos bromista pero, sobre todo, poseía una energía arrolladora, y un hoyuelo en la barbilla. Y nunca ha habido un tuerto más atractivo que él.

7. Joel McCrea Con Joel comienza la sección "marido ideal". Seguro que él jugaba al béisbol con sus hijos en el jardín de su chalé mientras su esposa cocinaba pasteles de zarzaparrilla (sea lo que sea la zarzaparrilla) que luego dejaría enfriar en el alféizar de la ventana de la cocina. Normal que se especializara en papeles de prota bueno en peli del oeste. No tuvo una carrera de super estrella, pero protagonizar los viajes de Sullivan ya es bastante bueno en sí mismo.

6. Gregory Peck No sólo tenía pinta de marido ideal, también de padre ideal, de vecino ideal, de abogado ideal. Eran tan, pero tan ideal que hasta podía dar un poquito de repelús tanta perfección.

Por eso (y continuamos con la sección "tullidos que tienen su punto") a mí me parece que el papel de su vida fue en "Moby Dick", con cicatriz surcándole la cara, pata de palo y todo el rencor del mundo para perseguir a la ballena blanca.

5. Vittorio Gassman Fuera de Italia es famoso por sus papeles cómicos, pero dentro de la bota también tuvo una carrera muy sólida en el teatro. Altísimo, no guapo pero sí muy atractivo y con una vis cómica sobrenatural, como prueba el principio de un episodio de "Que Viva Italia" donde Vittorio Gassman es un obispo al que se le rompe el coche oficial y tiene pedir ayuda en una iglesia de barrio con cura progre al frente. El doblaje es un poco funesto, pero en italiano no se entiende, es lo que tiene...:


4. Paul Newman Obvio, cómo no iba a estar Paul Newman en esta lista. Si mi amiga C. después de ver a Alberto Amman en "Lope" dijo que era "dolorosamente atractivo", no sé qué hubiera dicho si le hubiera vivido el estreno en cine de "El golpe". El hombre no era perfecto, era pluscuamperfecto.
3. Gary Cooper El marido ideal por excelencia, si alguna vez hubiera interpretado a un villano, las féminas habrían salido en estampida del cine (como cuando Tom Cruise se bebía la sangre de una rata en "Entrevista con el vampiro" y a sus fans casi les da un shock anafiláctico). Pero él nunca interpretó a un maloso, nunca. Tenía fama de ser muy conservador y también de haberse enrollado con medio Hollywood; para unos sosaina inexpresivo, para otros ejemplo de contención interpretativa. Lo que es seguro es que de tonto no tenía un pelo porque decía cosas como estas:
"Ningún intérprete alcanza la fama sólo por su talento. A los actores los moldean fuerzas ajenas a ellos. Deberí­an recordarlo y al menos un par de veces a la semana hincarse de rodillas y agradecerle a la Providencia haberlos elevado por encima de los ranchos, los mostradores de mercerí­a y los pupitres de contable”

o "No soy el más apropiado para ser productor. Creo que requiere tener el dinero de Midas, el talento de Aristóteles, la fortaleza de Hércules y la paciencia de Job. Unas exigencias exageradas”.

2. Gene Kelly Sonrisa profident, guapo pero sin avasallar, con cara de buena gente... pero es que, además, bailaba. Y cómo bailaba, si visto en él parecía la cosa más sencilla del mundo. Fred Astaire sería muy pulcro y muy elegante, pero Gene Kelly transmitía vitalidad, alegría y ganas de apuntarse a un intensivo de Broadway, hasta cuando en vez de bailar le tocaba blandir un florete.

1. Burt Lancaster Entre él y Paul Newman demostraron que el mundo está mal repartido. Porque Burt tenía un cuerpo de escándalo, cara de escándalo, sonrisa de escándalo, por dios, si era ¡acróbata! Y además, un tipo inteligente, ambicioso y sensible, que empezó en el cine como por casualidad pero supo evolucionar en su carrera, probar con papeles más difíciles, atreverse con el cine europeo de autor, con la producción... Pero además supo hacer algo que pocos, actores guapísimos o personas normales en general, logran: envejecer con dignidad.


Y vosotros, ¿qué opinais?, ¿a quién añadiríais a la lista?, ¿os atreveríais con un ranking de galanes actuales? Eso sí, no sólo se tiene en cuenta el nivel de macicez (que también), hay otros factores: la carrera, el glamour, el carisma, ese jenesaisquoi (o llenesécuá) que convierte a un buen actor en un galán. Ejemplos prácticos: Forest Whitaker es un actor que vale su peso en oro, y en su caso eso es mucho decir. Pero sus kilillos de más y ese ojo a la virulé lo invalidan como galán. Y, por mucho que se empeñen los productores españoles, Luis Tosar tampoco es un galán. Todo lo contrario, pero todo, les pasa a Andy noséqué (Spartacus) y Gerald Butler, estarán muy buenos, sí, pero un actor que ha basado su carrera en la perfección de su chulada*, tampoco entra en la categoría de galán. Con estas reglas, decidme, ¿qué actores actuales llegan a la categoría de galán, como los de antes?


*Chulada, nombre coloquial del músculo bajo abdominal sobre los muslos, marcado en las estatuas de los dioses griegos.

domingo, 8 de mayo de 2011

Ratas que accionan palancas

Seguidores de este blog, me dirijo a todos: a los 4 o 5 que lo leéis siempre, a los 10 o 12 que os sumáis cuando toca boda real y al mogollón anónimo que aparece cuando un video horterilla de Shakira de por medio. Bueno, a todos-todos, no, preferiblemente a los que vivís en Madrid y alrededores. Entre todos vosotros y entre vuestros conocidos debe estar lo que busco: un simple piso. Con un salón un poco grande, mejor aún si tiene cocina americana y todavía mejor si no es un sitio especialmente bien decorado. No es que vaya a dejar Redondilla, y menos ahora que he conseguido librarme de la Gamba, busco piso para rodar más capítulos de “Cataclismo”.


Uy, un rodaje, pensaréis todos a la vez, como si tuvierais una conexión mental como las de los gemelos en las películas de terror, eso es un horror: la casa se llenará de focos, de cables, de eléctricos que fuman y sudan, me rallarán el parqué, me mancharán las paredes, me moverán los muebles de sitio…

Pero no hablo de un rodaje en condiciones, con su subvención, sus mandarinas, sus fresnels, sus cuarzos y un equipo de 20 personas arramplando por donde pasan como si fueran Atila y su ejército de hunos (tesis doctorales afirman que los eléctricos son todos descendientes directos de los hunos). No. Hablamos de un rodaje íntimo y personal, como la peli aquella de Robert Redford y Michelle Pfeiffer. No se trata de grabar un corto para que sea proyectado en pantalla grande, sino de episodios para internet, con menos calidad técnica, es decir, sin equipo de iluminación, sin eléctricos, sin peluquería, sin script, tal que así:

Y ahora unos cuantos os preguntaréis, ¿ahora, chata? ¿Pero esto no es del año pasado? Sí y no.

Es del año pasado, pero lo de querer grabar más episodios no es cosa de ahora, ya hubo una intentona a principios de este año. Después de mover el piloto, junto a un documento de venta con tramas y después de recibir la callada por respuesta por parte de varias productoras y promesas que no valen nada (como la canción) de un productor que decía que le gustaba mucho y que a ver qué decían el resto de socios de su empresa, me harto de tantas largas y me pongo manos a la obra, pero…


Primer pero: el piso donde grabamos “Cataclismo” ya no lo podíamos usar porque en su momento era donde vivía la productora, y lo había dejado para volverse a su Asturias natal. Ella me dice que hay otro piso en su mismo edificio que está libre y que tiene la misma distribución y los mismos muebles que aquel donde grabamos. Es más, unos amigos suyos andan buscando piso y puede que vayan a verlo. Para organizarnos, hacemos una pequeña previsión pensando en alquilar ese piso un mes y grabar el máximo de capítulos posibles en ese mes. Me pongo a escribir capítulos.


Segundo pero: los amigos de la productora se enteran de cuánto hay que pagar al mes por el piso y pasan. Voy a verlo yo, sin decir nada de para qué lo quiero y descubro con horror que no se parece tanto al piso donde grabamos, faltan muebles, el radiador está en otro sitio y la puerta también. Además los dueños no quieren alquilar por menos de un año. Asumo entonces que la mejor opción es no alquilar nada, sino buscar entre pisos de amigos. Sigo escribiendo capítulos.


Tercer pero: veo el piso de mi amiga C. que, como antigua estudiante de audiovisual y antigua currante en producción, se siente tocada en el alma con mis cuitas, pero es demasiado pequeño y tiene obras enfrente.


Cuarto pero: a la productora le sale trabajo en Barcelona y allá que se va. Pero yo sigo escribiendo capítulos.


Quinto pero: sondeo al resto del equipo para ver cómo tienen la agenda y si les apetecería hacer más episodios. Los actores dicen que sí, la directora de arte que sí, las sonidistas que no tienen tiempo, el dire de foto y además cámara que no entiende el porqué grabar más capítulos, eso es como si una productora intenta vender una serie, no lo consigue y aún así graba los capítulos. Yo intento convencerle de que las series de internet no van así, que sólo consiguen productora o canal que las emita cuando ya han colgado muchos capítulos, le hablo del caso de “qué vida más triste”, pero no le convenzo:

Sexto pero: el productor que decía que le gustaba mucho pero que en su empresa andaban liados con otras cosas, dice que va a volver a enseñarlo en su productora y que, si no le dicen nada, nos pasará una lista con productoras, más pequeñas, que podrían estar interesadas.


Séptimo pero: se me echan encima las fechas de entrega de un guión y no tengo tiempo de seguir dando la matraca, ni de escribir más capítulos, pero ya llevo 9. El productor no da señales de vida. Otra vez.


Como la Armada Invencible, se podría decir que luché contra los elementos y el resultado fue Elementos 7, yo 0.


Os preguntaréis a cuento de qué insistir o, como diría el director de foto, que esto es como si la Armada Invencible quisiera volver a atacar a los ingleses cuando ya la habían hundido.


¿Estoy siendo demasiado cabezota?, ¿no tendría que dejarlo pasar y ya está? Total, un guión más o menos en el cajón…

Pero luego me he acordado del experimento de las ratas del que Punset ha hablado en “Redes”. Según Eduard, unos investigadores probaron a colocar a cuatro ratas de laboratorio en una caja donde se les propinaban descargas eléctricas aleatoriamente. Sólo una de las ratas tenía acceso a una palanca y, al accionarla, a veces, sólo a veces, se libraban ella y sus compañeras de los calambrazos. Todas las ratas murieron, excepto aquella que tenía acceso a la palanca. Dos conclusiones obvias salen de este experimento:


Una, que los científicos son unos tipos muy sádicos.


Dos, que pensar que se tiene control sobre la propia vida (aunque eso sea una ilusión, porque si eres rata de laboratorio, quien controla tu vida es el señor de la bata blanca) hace que se afronten las adversidades con más energía.


Por eso funcionan las oraciones, los placebos, y las supersticiones como llevarse una pata de conejo a los exámenes, no porque una pata de conejo influya en que el profesor pregunte en el examen justo la parte del temario que te sabes, sino porque nos da la ilusión de tener control sobre nuestra vida.


Como para mí lo que diga Punset...


Aquí en su posición clásica antes de decir: "ahhh, oiiieeee"


...va a misa, resuelvo que también quiero tener control sobre mi trabajo. Independientemente de lo que digan los productores, los caseros, y hasta los miembros del equipo, yo quiero hacer más capítulos de esta serie y vosotros, ¿qué opináis?, ¿estoy como una maraca?, ¿sabéis de algún piso amplio donde pueda grabar?