jueves, 16 de abril de 2009

La cápsula del tiempo

Yo suelo llegar tarde a casi todo: me compré la cámara digital cuando todo el mundo tenía una, todavía no tengo TDT e ignoro qué significan cosas como Blue Ray o Bluetooth, conozco a los artistas molones para cuando van a actuar en el Benicassim y no en el Primavera Sound (que es el festival al que va la gente auténticamente enterada) y así todo. Esto no es tan malo, en su momento me libró de comprarme hombreras cuando todo el mundo las llevaba:

Sí, es Sarah Jessica Parker, antes de ser icono de la moda, antes de Sexo en Nueva York y antes de tener estilista.


Por eso, porque llego tarde a todo, hasta hace bien poco no había visto el famoso video de Youtube “contigo no, bicho”. Un clásico que no sólo se merece tener millones de visitas, sino que alguien lo grabe y lo incluya en una cápsula del tiempo para que las gentes del futuro comprendan la psicología del joven macho de principios del siglo XXI, sus estrategias para ligar, sus relaciones con sus amigos, qué modelos de calzoncillos se llevaban, lo mala que es la resaca, la sed que da, y cómo era el típico piso en la playa que los padres prestaban a los hijos para que se fueran de vacaciones:





“Contigo no, bicho”, además de un video casi antropológico sobre las costumbres del macho de veintitantos en el 2000, es un gran monólogo. Tiene ironía: “yo siempre he sido un tipo atractivo, tú ya me has visto” dice Carlos, con ese moreno con marcas de camiseta de manga corta. Tiene reflexiones filosóficas: “”Te da que pensar, dices mañana será otro día… el día después de que chewbacca te dijera contigo no, bicho”. Tiene protesta: “en su puta vida le ha entrado un tío sin que esté borracho y sin cuatro cerdos detrás, en su vida le ha entrado un tío con amor”. Y tiene verdad, porque seguro que si el pobre Carlos llega a estar en pleno uso de sus facultades no hubiera dejado que le grabaran.

Hay muchos otros ejemplos de obras que reflejan la realidad de una época o unas gentes concretas y que se merecerían un hueco en una cápsula del tiempo. Por ejemplo, ¿qué mejor que “Wall Street”, la película de los 80 de Oliver Stone, para que las gentes del futuro entendieran cómo era la vida de un broker ansioso por forrarse?

Aquí el monólogo de Michael Douglas, apto sólo para los que se sacaron el Advanced:




A este monólogo se le conoce como "greed is good": la avaricia (o ambición, como se tradujo en la versión en español) es buena. Y más o menos viene a decir: "La ambición, a falta de una palabra mejor, es buena; es necesaria y funciona. La ambición clarifica y capta la esencia del espíritu de evolución. La ambición en todas sus formas: la ambición de vivir, de saber, de amor, de dinero; es lo que ha marcado la vida de la humanidad"

En esa hipotética cápsula del tiempo, también añadiría “Cabaret”. ¿Un musical? Pues sí. Con la de películas que hay sobre el nazismo, los judíos, la II guerra mundial y demás, ninguna película después de “Cabaret” ha explicado mejor, de forma más sencilla y más conmovedora, el ascenso del nazismo, sólo con una canción "Tomorow belongs to me", subtitulada al español y todo:




Se me ocurren un par de ejemplos más: “Mad men”, sobre cómo se entendía la vida, el trabajo y las relaciones personales en los 60; o prácticamente cualquier película del neorrealismo rosa sobre la vida en la Italia de la posguerra.

Y vosotros, ¿qué películas, series o incluso videos de Internet incluiríais en una cápsula del tiempo?

2 comentarios:

Ulises dijo...

Un juguete llamado "pequeño pony" y que tenían las niñas cursis de los años 80, como mi madre. Y los Jackson Five a finales de los 70 también son representativos. Por cierto, ¿sabes que he estado en el rancho de Michael Jackson?

Galahan dijo...

Sin duda el testimonio de Ramón el Vanidoso, para Callejeros.
Tanta sabiduría en unos minutejos, a la puerta de la parada de metro de Pitis. Un hit!