sábado, 26 de abril de 2008

Ejercicio de agudeza visual

¿Quién es este señor?
Sí. Habéis acertado, es Al Pacino. Y no, yo no he retocado nada. En todo caso habrá retocado su cirujano, su maquillador, su peluquero o su encargado de los rayos uva. Más fotos que demuestran que, efectivamente, es Al Pacino, haciendo click aquí.

Alfredo, darling, una pregunta: ¿por qué? ¿Tu nuevo estilista antes trabajaba para la mujer de Jesús Gil? (haced click en la mujer de Jesús Gil sólo bajo vuestra propia responsabilidad). Está claro que el miedo a envejecer de aquellos que están acostumbrados a ver su cara en pantallas de 240x180 supera con mucho al de los normales que sólo nos hemos visto en la tele en grabaciones caseras, con nuestra cara y sus correspondientes defectos a un tamaño de 27 pulgadas. Es un miedo tan atroz que muchas estrellas, incluso aquellas con prestigio, talento e inteligencia como Pacino, caen en lo ridículo.

Ay, con lo atractivo que estaba Alfredo en Serpico, con ese aire neohippie que parece sacado de un catálogo del H&M para esta primavera-verano.
Y lo bien que le quedaba el abrigo de cuero en "Atrapado por su pasado", donde además ya debía tener sus buenos 50 tacos:



Al Pacino tiene 68 años, que se dice pronto. ¿Qué actor de su generación créeis que ha envejecido con más dignidad? O dicho de otra manera, ¿quién ha sabido que las canas no estaban tan mal o que más vale quedarse calvo que hacerse un impante masivo?, ¿quién puede seguir diciendo que no se ha hecho la estética sin que la gente se ría y no le crea? Y la pregunta fácil ¿quién ha envejecido peor?

domingo, 20 de abril de 2008

el desierto rojo (pero no el de Antonioni)

Marruecos es un lugar muy cinematográfico, y no sólo porque las fotos salgan bonitas aunque seas la mar de torpe...:Las dunas de Erb Chebbi, rojas, que no el desierto rojo de Antonioni (Antonioni, caca).

...es que es verdad que allí se han rodado montones de películas. En los estudios Atlas, un guía que no habla español pero sí francés e inglés y a una velocidad digna de lo de "sinosonmicromachinesnosonlosauténticos", te explica que aquí a la derecha se rodó Kundun, y se trajeron a 300 extras del Tíbet que estuvieron viviendo aquí 3 meses, que se rodó parte de "Gladiator" ahí enfrente y allá, a lo lejos, una reproducción de Jerusalén para "el reino de los cielos". Igual era por culpa del mal estado de los decorados, desconchados de forma que veías el corchopan que había debajo, pero el caso es que el guía era un descreído de la vida que decía cosas como: "construir todo esto para que luego sólo sean 10 minutos de película, vaya desperdicio".

Si piensas con mentalidad de productor, Marruecos te viene bien muy bien para rodar: hay playa, montaña, desierto, ciudad... sin demasiada distancia de un sitio a otro. Hay precios competitivos y estudios equipados. Pero si piensas con mentalidad de turista cinéfila también es inevitable que te acuerdes de muchas películas. Aquí mi momento Lawrence de Arabia, montada en Jimmi Hendrix, el camello (¿o dromedario? nunca sé cuál es cuál) que abría paso en nuestra excursión por el desierto. Por delante sólo el guía y las dunas, era fácil hacer sonar de fondo la banda sonora de Lawrence de Arabia e imaginarse que estábamos a punto de unir a las tribus árabes en su lucha contra los turcos.

La que está de espaldas, divina con un pareo de playa a modo de turbante, c'est moi. El de rojo es Mohamed,nuestro guía bereber.

Pero el desierto, según a qué hora del día deja de ser rojo y pasa a ser amarillo clarito. Entonces recuerda a Tatooine, el planeta de Luke Skywalker. Pero aún hay más, es que en Marruecos hay montones de jedis:

Aquí Arturo, uno de mis compis de viaje con pose de reportero de guerra aunque sea fotógrafo aficionado, y rodeado de caballeros jedis.

Y lo que es mejor, cuando un camello "habla" o "bala" o "muge" o lo que quiera que haga un camello, suena igual que Chewbacca.

Pero, oh qué chasco, ninguna de estas películas se ha rodado en Marruecos. "Lawrence de Arabia" se realizó en Almería y en Arabia Saudí. Y "La guerra de las galaxias", en Túnez.

"Bichos raros" sigue paseándose por el mundo. El lunes 21 de abril, a las 20:30 se proyecta en la sala de Caja Segovia, dentro del festival Contraplano, en Segovia.
Y, noticias frescas, este fin de semana lo proyectan en el festival de curtmetratges (qué difícil es escribirlo en catalá, cullons) de Celrá, en Girona.
Si sois tan afortunados de estar ahora mismo en Cuba, lo proyectan en el muestra paralela del festival de cine pobre. Con ese nombre y seleccionados fuera de competición, está claro que no nos invitan...

Pero ya lo harán, ya. En un paso más por convertirnos en el próximo lobby del cortometraje (Vigalondo, Cobeaga, Sánchez Arévalo, temblad) aquí va el trailer de "La aventura de Rosa", corto realizado por Ángela Armero guionista y sin embargo amiga, ya estrenado en el festival de Medina del Campo y próximo rival y sin embargo amigo en los festivales. ¡Mucha suerte, Ángela!

lunes, 14 de abril de 2008

Atrapados en ámbar



Oíd:

Billy Pilgrim ha volado fuera del tiempo.

Billy se ha acostado siendo un viejo viudo y se ha despertado el día de su boda.

Hace no tanto tiempo, cuando los filósofos debatían si las mujeres teníamos alma y la gente no conocía ni el café ni el chocolate, existió la Cruzada de los Inocentes. Antes de esa Cruzada hubo cuatro más, básicamente consistían en grupos de caballeros cristianos que se juntaban con el noble propósito de recuperar, o sea, reconquistar, la Tierra Santa. La Cruzada de los Inocentes (o de los niños) pretendía lo mismo, y también tenía el visto bueno del Papa, pero quienes marcharon hasta Palestina era niños, unos 30.000. La mitad murieron en el camino, en naufragios o por enfermedad o agotamiento, a la otra mitad, cuando llegaron a África los vendieron como esclavos.

Al comienzo de "Matadero 5", su autor, Kurt Vonnegut, cuenta en primera persona la génesis del libro, cómo fue a hablar con algunos amigos de sus recuerdos comunes sobre la II Guerra Mundial porque él ansiaba escribir un libro sobre la destrucción de Dresde, ya que todo lo que debía hacer era contar lo que había visto. Sería una obra maestra o, por lo menos, me proporcionaría mucho dinero. Pero cuando habla con la esposa de uno de ellos, Mary, le pide que no lo escriba porque pretenderás hacer creer que erais verdaderos hombres, no unos niños y un día seréis representados en el cine por Frank Sinatra, John Wayne o cualquier otro de los encantadores y guerreros galanes de la pantalla. Y la guerra parecerá algo tan maravilloso que tendremos muchas más. Y la harán unos niños. Por esta conversación Kurt Vonnegut dedicó el libro a Mary y lo subtituló "la cruzada de los niños".
Hola, soy Kurt Vonnegut, me gustan las hortensias azules y los enanos de jardín.

Pero Matadero 5 no sólo es un libro sobre lo mala que es la guerra. Es demasiado original para eso. Porque la historia no se queda sólo en la vida de un superviviente del bombardeo de Dresde. Va más allá. Le sigue durante toda su vida hasta que muere. Aunque no lo hace de una forma lineal, sino a trompicones, los trompicones que sufre su protagonista, Billy, desde que se da cuenta de que es espástico en cuanto al tiempo y vive en constante temor, pues no sabe nunca qué parte de vida le va a tocar representar al momento siguiente.

Cuando vuelve de la guerra, y por si su vida tuviera poco de surrealismo y absurdo ya, a Billy van y lo secuestran unos extraterrestres del planeta Tralfamadore. Billy, como haría cualquiera en su lugar, pregunta: por qué, por qué yo. A lo que los tralfamadorianos contestan: Esa es una pregunta muy terrenal, señor Pilgrim. ¿Por qué usted? ¿Por qué nosotros?, podríamos decir. ¿Por qué cualquier cosa? Porque este momento, sencillamente, es. ¿Ha visto usted insectos atrapados en ámbar? Bien, aquí estamos, señor Pilgrim, atrapados en el ámbar de este momento. No hay ningún porqué.


Los extraterrestres, además de exhibir a Billy en el zoo de su planeta, le dan la clave con la que enfrentarse a sus repentinos saltos en el tiempo pero, también, a la vida: lo importante era concentrarse tan sólo en los momentos felices de la vida ignorando los desdichados, disfrutar de las cosas bonitas puesto que no podían ser eternas, y es que todos los momentos, el pasado, el presente y el futuro, siempre han existido y siempre existirán (...) aquí en la Tierra creemos que un momento sigue a otro, como los guisantes dentro de la vaina y que cuando un momento pasa ya ha pasado para siempre, pero no es más que una ilusión.

Kurt Vonnegut murió el año pasado. Yo ni me enteré, no me sonaba su nombre, no había leído nada de él. Pero para los tralfamadorianos y todos lo que hayamos disfrutado con la obra maestra que es Matadero 5, gracias a Kurt podemos viajar en el tiempo y teletransportarnos al momento mismo en el que nos conmovió alguno de sus párrafos. Uno como, por ejemplo, este:

Todo el tiempo es todo el tiempo. Nada cambia ni necesita advertencia o explicación. Simplemente es. Tome los momentos como lo que son, momentos, y pronto se dará cuenta de que todos somos insectos prisioneros en ámbar.

Eso me suena como si ustedes no creyeran en el libre albedrío, dijo Billy Pilgrim.

He visitado 31 planetas habitados en el universo y he estudiado informes de otros cien. Sólo en la Tierra se habla de "libre albedrío".

jueves, 3 de abril de 2008

De empachos de azúcar y bebés dinosaurio

No entiendo porqué a la gente le gusta cumplir años. No entiendo eso de "lo contrario es peor". Bueno, lo entiendo, pero no lo comparto. Es como si a un adolescente que fuma le dijeran: ojito, que de eso que haces los fines de semana te va a dar un cáncer de pulmón y luego estirarás la pata. Lo entiende, sí, pero no acaba de creérselo, no piensa en ello. A mí me pasa igual con cumplir años, ya sé que no cumplirlos es lo peor que te puede pasar, pero no lo pienso. Yo pienso en todo lo que ha pasado en el último año, hago balance y rara vez estoy satisfecha con el resultado.

Por eso, cuando llega mi cumpleaños, yo hago fiestas, para hacer que el balance sea un poquito mejor. Y también me doy hay algún capricho. Como éste:


Los cuatro Dunkin donuts y el mordisco de un quinto que falta, todos, me los zampé yo. Solita. De una sentada. Y no en lugar de una comida, sino de postre.

Pero cumplir años tiene otras ventajas además de las fiestas y la gula sin medida. Por ejemplo, también puedes recordar cosas que otros han olvidado o que no han vivido. ¿Os acordáis de la serie "Dinosaurios" o sois demasiado jóvenes para haberla visto? Producida por la compañía de Jim Henson, era una parodia de la típica sitcom familiar, aunque ambientada en la época de los dinosaurios y protagonizada por los Sinclair, una familia de ídem. Póngase en una coctelera una mitad de Los Picapiedra, un cuarto de El Cuentacuentos y una pizca de Los Simpson. Agítese y ahí están Dinosaurios listo para degustarse.

Lo mejor de la serie era el bebé de la familia. Una de las cosas más monas y adorables de la historia de la televisión (y lo dice alguien que se derrite con cualquier cosa que venga en formato bebé). Aquí el bebé Sinclair en todo su esplendor:




Pero el bebé Sinclair no sólo era sumamente adorable. También era un capullo. Pocas veces habréis visto un resumen tan completo como el que viene a continuación de lo que son las relaciones padres-hijos, cuando el hijo sólo es un bebé.


"Sólo quiero que me quiera, ¿eso es malo?" "El cariño hay que ganarlo, no comprarlo" "Bah, tardaría años, quiero que me quiera ya, quiero su cariño incondicional, y si hay que pagar, se paga". Me encanta.

Os dejo con una última imagen del adorable baby Sinclair haciendo lo mismo que yo anteayer: una ingesta masiva de azúcar:



Last, bus not least, "Bichos raros" ha sido seleccionado en dos festivales más: Contraplano, en Segovia y Vienna independent shorts, en Austria. Cuando confirmen las fechas de la proyección os lo cuento, por si os pilla cerca, de Segovia o de Austria, el día en cuestión.
Ah, y los dos donuts que sobraron me los comí para desayunar al día siguiente.